Archivo | junio, 2007

Es lógico, ¿no?

29 Jun

Visto en 20minutos.

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La chica que salió de la tarta.

Intermitencias de la moral

27 Jun

Estoy leyendo la novela intermitencias de la muerte de José Saramago, el argumento relata un hecho insólito, de repente y sin ninguna razón aparente, los habitantes de un país dejan de morir, transcribo fragmentos de una conversación entre el primer ministro y el máximo responsable de la iglesia del país:

«[…]Es deplorable desde todos los puntos de vista que, al redactar la declaración que acabo de escuchar, usted no tuviera en cuenta aquello que constituye los cimientos, la viga maestra, la piedra angular, la llave de la bóveda de nuestra santa religión, Eminencia, perdone, recelo no comprender adónde quiere llegar. Sin muerte, óigame bien, señor primer ministro, sin muerte no hay resurrección, y sin resurrección no hay iglesia, Demonios, […]»

«[…] Sí, pero al contrario de lo que se cree, no son tanto las respuestas lo que me importa, señor primer ministro, sino las preguntas, obviamente me refiero a las nuestras, fíjese como suelen tener, al mismo tiempo, un objetivo a la vista y una intención que va escondida detrás, si las hacemos no es solo para que nos respondan lo que en ese momento necesitamos que los interpelados escuchen de su propia boca, es también para que se vaya preparando el camino de las futuras respuestas, Más o menos como en la política, eminencia, Así es, pero la ventaja de la iglesia es que, aunque a veces lo parezca, al gestionar lo que está arriba, gobierna lo que está abajo.[…]»

La chica que salió de la tarta.

Gaseosa de Ácido Eléctrico (Parte 6): Love

21 Jun

«Escuhando a los Looooove…» cantaba un grupo llamado La Buena Vida hará unos años (creo que bastantes). Hablaban de Love, conjunto de Los Angeles envuelto en mito y leyenda, con un gran nombre para un grupo cuyos componentes se odiaban de una manera fraternal. El padre del invento fue Arthur Lee, un mulato de Memphis que emigró al calor californiano, trayéndose a un compañero guitarrista y también mulato, Johnny Echols. Como mulatos que eran, su música era un mestizaje entre la música negra y el pop blanco, ya desde el principio, cuando se ponían bigotes postizos para simular que tenían la edad legal para tocar en el bar. En 1965 y envalentonados por las referencias obvias (Beatles, Dylan, después Byrds), Lee y Echols decidieron rodearse de tres maromos y pasarse al ácido y al folk-rock. Los tres maromos eran blancos, lo que les abrió bastantes puertas que de otro modo quizá se hubieran mantenido injustamente cerradas. Entre los tres fichajes estaba Bryan McLean, un tipo que habia sido roadie con los Byrds y al que ficharon porque era rubio y daba mucho el pego. Con el tiempo, McLean pasó a ser fuerza creativa y nombre de peso en el grupo, aunque se prodigaba menos que Lee en la composición. Pero no adelantemos acontecimientos. Pasaron 1965 tocando por ahí, usando el circuito angelino que los Byrds habían dejado libre tras el «Mr Tambourine Man» y el estrellato a nivel nacional con todo lo que ello conllevaba (giras); la misma peña freak que aupó a los Byrds a los cielos de los Bosques de Sherwood adoptó al raro de Lee y a su banda, que vivían todos juntos en la mansión de Bela Lugosi, y la noticia llegó a Elektra, un sello folk que quería meterse en el mundo del rock. Atraidos por la música cruda de los Love, entre el garaje y el folk-rock de los Byrds, los ficharon y Love se puso manos a la obra en la grabación de su primer disco, ya en 1966. Este disco destaca por varias cosas: contenía la primera contraportada a color de la historia (menuda panda de locos), contenía un montón de temas buenos, punk-rock con unas gotas de folk y mucho rollo raro. También era un album notable porque muchas de sus canciones ¡estaban duplicadas!: «My Flash On You» era un remake de «Hey Joe», «And More», «You I’ll Be Following» y «Coloured Balls Falling» eran trillizas…otro tema eran los títulos de las canciones, bastante raros y que marcarían una tónica en la vida del grupo. Sobresalían también la instrumental «Emotions», llena de reverberación, tremolo y demás efectos, y «Softly To Me», pequeña maravilla en forma bossa-nova de McLean, que también la cantó. El disco tuvo un éxito moderado, en parte gracias al top 40 (o lo que fuera) que consiguió el single extraído del disco, la garajera versión de «My Little Red Book» de Burt Bacharach y también un poco por las pintas que se gastaban, con las gafas romboides y bicolores de Lee a la cabeza.

El grupo siguió avanzando, pero, fieles a su mala suerte, Elektra fichó a los Doors a finales de 1966 y ahí se acabó toda la promoción y toda la atención de la discográfica, que se volcó con las Puertas y dejo al Amor de lado. Aún así todavía sorprenderían a unos cuantos.

A principios de 1967 sacaron su segundo larga duración, «Da Capo», que contenía una cara A con canciones algo más sofisticadas que las de su debut, en parte gracias a la inclusión de un teclista y de un saxofonista. Destacaban el vals-punk de «Stephanie Knows Who», que luego tocaron los Move, otra nueva balada de McLean, «Orange Skies», con un toque de bossa-nova aún más evidente, y «The Castle», acústica y oscura y que anunciaba ya lo que nos caería a final de ese mismo año (hasta aquí puedo leer). El single extraído fue «Seven And Seven Is», dos minutos de furia cortados abruptamente al final y que les supuso otro pequeño éxito ¡Y que no se me olvide «She Comes In Colours» !Para la cara B se debieron quedar sin ideas y se trajeron un concepto previo de los Rolling, alargando un tema de R&B artificialmente, en el caso de los Love hasta los 18 minutos (los Rolling lo habían hecho hasta los 11 medio año antes con «Goin’ Home»). La canción no está mal, pero todo parece indicar que Lee andaba algo escaso de material vinilizable.

O quizá se lo estaba guardando para empresas posteriores de mayor enjundia. Y es que, a finales de 1967, sorprendieron al mundo del ácido con un álbum histórico, de esos que aparecen en todas las listas de «los mejores X discos de rock de la Historia», siendo x=10,25,100,500…estamos hablando del «Forever Changes», disco donde los haya.

La gestación del disco fue problemática. McLean, Echols y Forssi (el bajista) comenzaron a tener problemas con la heroína, aunque no abandonaron la banda hasta una vez terminada la grabación. La participación de David Angel en la orquestación de algunos temas fue polémica («Alone Again Or», «Maybe The People…») y Lee estuvo echando pestes de ella hasta que se dio cuenta que no estaba tan mal. El disco es una maravilla de principio a fín, acústica bañada en ácido de colores, con toques melancólicos y ocasionales chispazos eléctricos. Mis favoritas son ahora «The Red Telephone» y «The Daily Planet», pero las tuyas serán otras y las mías cambiarán mañana. Como hitos quedan los dos temas de McLean, «Alone Again Or» y su trompeta hispana y «Old Man», en la que hablaba de Lee. Y Arthur, espoleado por su compañero, nos dejó otros clásicos imperecederos como «Andmoreagain» y «A House Is Not A Motel». Sin apenas puntos flacos, este disco está entre mis preferidos y seguramente entre los preferidos de todo aquel que lo haya escuchado alguna vez con las luces apagadas pero con las persianas levantadas, en solitario, con la ventana abierta para que entre el frescor de la noche.

Después de eso, poco más. Los problemas ya citados de McLean & Co. los acabaron apartando de la banda y Lee se vio obligado a empezar de cero, lo que dio  tropiezos como «Out Here» (1969) o discos más decentes, como «Four Sail»; Hendrix llegó a tocar un tema en «False Start» (1970), pero para entonces los Love estaban acabados como grupo. McLean se recuperó de la heroína y acabó tocando en grupos cristianos, Echols y Forssi robaron un banco, etc….Lee siguió dando rienda suelta a sus pasiones musicales. Yo pude verle en Pradejón (La Rioja) en 1995 y fue (para mí) una decepción, con un sonido tirando a hard, Otra gente que lo ha podido ver después ha hablado maravillas de él. Arthur Lee murió en 2006 y McLean en 1998, así que de reunión, nasti de plasti. Descansen en paz.

Mr pHarmacist

PS: me voy de vacaciones, mis queridos urbanitas. Hasta la vuelta, coincidiendo con las épicas batallas de los caballeros de las dos ruedas en los Pirineos franceses, quedan clausuradas las series…que lo paséis bien! 

La angustia

19 Jun

Para aquellos que no lo hayan visto, he descubierto en YouTube el corto de La Cabina, de Antonio Mercero. Está troceado cual producto de charcutería, pero bueno, menos da una piedra (para los que lo quieran ver bien bien, en Stage6 se encuentra entero). Ahí van:

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Instructables

18 Jun

Vía un correo del señor de las páginas blancas he conocido una página donde la gente hace cosas (útiles o no) y luego te enseñan como hacerlo. Como ejemplo os enlazo boobs in a box, pero hay múltiples ideas, como construirte estanterías invisibles, un teléfono platano wireless,…

La chica que salió de la tarta featuring al señor de las páginas blancas.

Las heridas dejan costra

18 Jun

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Visto aquí.

La chica que salió de la tarta.

Camino del Valhalla (Parte 4): The Doors

16 Jun

THE DOORS (1967-1971)

The Doors es el típico grupo que desata pasiones desaforadas o que deja completamente indiferente. Generalmente, el primer grupo lo forman gente con poco interés en la música de los sesenta o en la música en general y el segundo grupo está compuesto por «entendidos» (interprétese el entre comillado ad-hoc). Ni tanto ni tan calvo. Curiosamente, los Doors en su tiempo fueron un grupo de masas, al que los «intelectuales» (ídem del anterior con las comillas), no les prestaron demasiada atención. Fue un grupo lastrado por la tremenda personalidad (o ausencia de ella) de su líder, Jim Morrison, que arrastró al grupo, al principio para bien y luego para mal y luego para bien otra vez. Un follón.

The Doors empezó en una playa, en la que se conocieron Ray Manzarek y Jim Morrison, que era un chaval traumatizado por su infancia en una familia tradicional y por ser testigo de un accidente de coche de unos mejicanos o indios o mejicanos indios, no recuerdo bien. Morrison tenía las letras y Manzarek la música, así que se unieron para formar un grupo, mientras proseguían ambos sus estudios de cine. Añadieron poco a poco a un guitarrista y a un batera y empezaron a tocar por ahí, ya desde el principio con repertorio propio, bastante influidos por los grupos de garaje angelinos (Love, The Seeds) pero dotado del arrebato de Morrison; de entre todas sus piezas sobresalía «The End», un viaje cósmico con un poco de todo (parricidio, complejo de Edipo, lo de los mejicanos…), aunando poesía libre y música con un ligero toque oriental (indio). Elektra, que ya tenía a los Love, se fijó en ellos y los fichó; su primer single fue un éxito instantáneo y pasaron rápidamente al Olimpo del rock: su título era esclarecedor, «Break On Through (To The Other Side)», y dejaba claras las características del sonido: el bajo más órgano de Manzarek y la voz omnipresente de Morrison, acompañados de ritmos agresivos y guitarras muy eléctricas. La fiesta siguió con el primer lp, básicamente un compendio de todo lo que llevaban tocando en los bares durante los meses anteriores. Destacaban «Light My Fire», hit imperecedero y canción marca de la casa, sus adaptaciones rock de las locuras de Bertold Bretch («Alabama Song») y los once minutos de «The End», coñazo inaguantable para algunos, obra onírica de belleza decadente para otros. Todo esto venía acompañado de buen material adicional («The Crystal Ship», «Take It As It Comes») que aupó el disco a los primeros puestos de las listas de venta y que aún hoy se escucha de principio a fin con delectación (AVISO A NAVEGANTES: durante mucho tiempo, el CD que ha circulado por ahí estaba mal remasterizado y las canciones iban más lentas de lo normal (se escucha un semitono más grave), en una CHAPUZA sin precedentes y totalmente DENUNCIABLE. Para oir el disco tal y como fue grabado, hay que recurrir obligatoriamente a la nueva edición en CD, de este mismo año 2007. NO SE VAYAN A PENSAR…).

El segundo disco fue peor, las canciones estaban menos trilladas y la actitud de divo incomprendido de Morrison iba in crescendo, con frecuentes abusos de droga y dejadez en general. Aún así contenía cortes buenos, como «Strange Days» o «People Are Strange». Fueron perdiendo fuerza como un globo pinchado también en el tercero, «Waiting For The Sun», que contenía fragmentos de otro de los coñazos de Morrison («The Celebration Of The LIzard King»), que básicamente consistía en recitados acompañados de música y de ocasionales canciones cortas. Seguían emborrachados de éxito comercial, pero la gente de bien empezó a perderles la pista. E hicieron bien porque después del «Waiting For The Sun» llegaron a su punto más bajo con «The Soft Parade», que incluía piezas vergonzosas como «Touch Me» y demás tonterías medio orquestadas, que encantaron a los adolescentes y decepcionaron al resto de los grupos de edad. La decadencia de Morrison era más que evidente, delegando casi todas las labores de composición a sus mediocres compañeros y dedicándose a comer y a disfrutar de la buena vida (lo que curiosamente acabó matándolo). Cualquier otro lo hubiera dejado aquí, pero los Doors hicieron como Paco Mtez. Soria y siguieron erre que erre. En este caso, habían caído tan abajo que la cosa sólo podía mejorar y efectivamente así fue: tanto «Morrison Hotel» (1969) como «L.A. Woman»(1970) fueron de un alto nivel artístico, con Morrison de nuevo a la cabeza, algo más gordo y con la voz más rasposa, pero ofreciendo perlas bañadas en blues. Pero si Morrison tuvo un renacimiento artístico, desafortunadamente no lo tuvo en el aspecto físico. Y es que, amigos y amigas, cuerpo no hay más que uno, y abusar del LSD y del whiskey es malooooo…Morrison, harto de los Doors, se largó a París a vivir su fantasía de poeta algo bohemio y soñador y acabó pagando el pato, muriendo de una manera poco digna en una bañera fría. Más indigno fue el desarrollo posterior del grupo, que trataron de reflotar los otros tres managrranes sin Morrison (dos discos), con grabaciones de poesías de Morrison y, últimamente, con tipos que se parecen a Morrison (por lo menos, no tuvieron tiempo de cazar al tipo de los Joy Division). Un legado lamentable, pisoteado por tres individuos que no tienen suficiente con estar forrados de pasta y que han hecho más daño a los Doors que todas las botellas de whiskey que se trasegó su difunto líder. The Doors: ¿los amas o te son indiferentes?

Comfortably Numb

Viviendo en la Era Pop (Parte 8): The Beatles

16 Jun

THE BEATLES (1965-1966)

¿The Beatles? Farmaceútico, lo sabemos todo sobre los Beatles. Eran cuatro: John, Paul, el otro y el gracioso que tocaba la batería, y movían las melenas al son de la música mientras decían «yeah, yeah, yeah». Luego john se casó con una japonesa y todo se fue al carajo, ya no valían para nada y se pelearon. Más tarde, un loco le pegó un tiro a Lennon.

Con bastante de hipérbole, esta es la errónea imagen que mucha gente (aficionada a la música o no) tiene de los Beatles. Los Beatles es un grupo sobrevalorado por muchas personas para las que la música no forma parte esencial de su vida y un grupo tremendamente infravalorado por la gente que «sabe de ésto». Efectivamente, queda mucho mejor decir que te gustan los Rolling que los Beatles. los Rolling eran unos fuera de la ley, mientras que los Beatles eran niños monos que hacían canciones para sus fans. Tonterías, ganas de notoriedad (no que te gusten más los Rolling, sino aducir las razones anteriores). A otros les gustará más King Crimson, que mola porque no les conoce nadie y quedas de lo más gafapástico cuando lo sueltas. Muy bien, si ése es tu fin en la vida vas por buen camino. Pero no minimicemos el impacto de los Beatles no sólo en la música rock (fijaos que no hablo de pop), sino en la cultura general de la última parte del siglo XX, en muchas cosas que ahora consideramos normales y que antes de 1964 eran impensables. Tampoco los mitifiquemos, no bajaron de una astronave para enseñarnos el camino ni nada por el estilo.

Cuando hablo de los Beatles, no puedo menos que acordarme de la pescadilla que se muerde la cola. No eran buenos instrumentistas inicialmente y quedan bastante lejos de las pirotecnias posteriores de los grupos progresivos o del blues-rock, pero McCartney ha creado escuela con el bajo y a mí personalmente Harrison me parece un guitarrista de lo más efectivo. No cantaban como Otis Redding, pero tenían su aquel (y si no preguntádselo a Liam Gallagher, que ha estado copiando el estilo vocal de Lennon en «Rain» en todos los discos de Oasis). Ellos no inventaron el pelo a lo Beatle, tampoco sus botines ni los trajes, alguién los llevó antes, pero ellos lo popularizaron y lo adoptaron cuando ninguna de sus referencias usaba esa imagen. En fin, un paso adelante y otro hacia atrás en lo que respecta a este grupo, pero si he de inclinarme por algún lado de la balanza, me inclinaré por aquel en el que estos tíos quedan como los amos de esto del rock, con un material a años luz del 99 % de sus competidores. Evidentemente, Iron Maiden no tiene nada que ver musicalmente con ellos, pero incluso iron Maiden tomó conceptos de gente que a su vez había tomado conceptos de gente que a su vez tomó cosas de los Beatles. Y no me refiero a la música; simplemente, cosas que ahora consideramos normales en el mundo del rock, como que el lp no contenga ningún single o que todas las canciones estén compuestas por el grupo, con pleno control sobre todo el desarrollo del disco (portada, producción…)…fueron «inventadas» por los Beatles (dentro del rock, en otras músicas como el jazz esos conceptos ya existían, pero el contacto de los Beatles con el jazz era prácticamente nulo). Ellos fueron los primeros que sacaron un lp sin un single de apoyo y gancho («With The Beatles», 1963), ellos se opusieron a grabar las canciones que su productor les daba y presionaron para incluir sus propios temas («Please, Please, Me», 1963), ellos sacaron el primer Lp con las letras impresas («Sgt Pepper’s Lonely Hearts Club Band», 1967)…todo ello sin tomarse demasiado en serio a sí mismos (que es una de las cosas que más aprecio de ellos). Son conceptos sutiles que han quedado grabados en el rock para siempre. Ahora sigue habiendo grupos de productor, se siguen sacando lps acompañados por un single de éxito…pero ya no es condición sine qua non (sic por adelantado).

¿Todo esto a qué viene? Pues no sé muy bien a qué, pero siempre he reivindicado la etapa finales de 1965-mediados de 1966 como la mejor del cuarteto de Liverpool y también como la más olvidada y abandonada por fans y no fans. Todo el mundo recuerda el «She Loves You» y el «Let It Be», pero musicalmente son las épocas menos interesantes del grupo que aquí nos ocupa. A finales de 1965 estaban en plena forma y dejaron atrás un legado difícil de superar. Una vez estrenada «Help» en el verano de 1965, los Beatles decidieron dedicar más tiempo a la elaboración del disco siguiente, poniendo más atención a letras e instrumentación. Era una tendencia ya adivinada en canciones más maduras anteriores, como la misma «Help», o «No Reply» o «You’ve Got To Hide Your Love Away», pero el paso adelante que dieron en el otoño de 1965 fue considerable. Cansados de giras mastodónticas y de repetir el mismo teatro cada vez que hacían un acto público, se pusieron manos a la obra y cuidaron con mimo su próximo lp navideño, muy influidos ya por gente seria como los Byrds o Bob Dylan y por la marihuana. Las primeras influencias habían sido el rock más primitivo (Elvis, Gene Vincent, Little Richard…) que después sustituyeron por un material más soul como los sonidos Motown. Absorbieron bien esos estilos, dando lugar a algo único, pero con Dylan y los Byrds su música adquirió otra dimensión. Y toda esta evolución eclosionó en diciembre, al publicarse el «Rubber Soul». Ya desde la portada se anunciaba cambio: no salían uniformados o de traje, no estaban «posando», llevaban una imagen mucho más agresiva y la foto estaba (accidentalmente) desenfocada (cuando la vieron así, decidieron dejarla como estaba, les gustaba más). La música que contenía el vinilo era bastante más sofisticada que su anterior etapa, con bastante instrumentación añadida (clavicordio, órgano, sitar…todo dirigido por George Martin) y las letras y las melodías eran más imprevisibles y contenían más cosas de las que parecía a simple vista. Destacaba Lennon (con su agridulce relato de una infidelidad, «Norweggian Wood», una obra maestra, «Nowhere Man», y una maravilla autobiográfica, «In My Life»), pero McCartney, siempre más melódico, demostraba estar en forma con «I’m Looking Through You» o la vibrante «Drive My Car». Harrison colaboró también y por primera vez dio la sensación de que sus canciones se habían hecho hueco dentro de la lista final por méritos propios y no por concesiones ajenas, «Think For Yourself», con su bajo con fuzz, y «If I Needed Someone», influenciada por el «Bells Of Rhymney» de los Byrds, estaban a la altura de los temas de sus compañeros.

El «Rubber Soul» fue un éxito, como todos sus discos anteriores, y eso les animó a seguir adelante en su trayectoria rompedora y decidieron arriesgar aún más. Su single de abril, «Paperback Writer», contenía ya unas armonías muy complicadas, imposibles de reproducir en directo, amen de una guitarra distorsionada a través de la consola de mezclas y que fue marca de la casa durante todo el año 66. En la cara B incluían «Rain» que contenía un pasaje grabado de cierta manera y reproducido al revés, debido a una confusión de Lennon, que colocó mál la cinta. Lennon alucinó con el resultado y quería pasar toda la canción al revés, pero al final se quedó en la última estrofa (que no sale en el puto video de youtube). Poco después salió el «Revolver», con un sonido de guitarra muy duro, sobre todo en las composiciones de Lennon («She Said, She Said», «And Your Bird Can Sing»), bien atemperado por un McCartney surrealista y juguetón («Eleanor Rigby»). Harrison volvió a superarse a sí mismo, con la cortante «Taxman» (con un solo de guitarra electrizante tocado por Paul) y la definitiva inclusión del elemento hindú («Love You To») en su gama de sonidos. El último corte del disco fue el más allá, «Tomorrow Never Knows» (en palabras de un amigo mío, la primera canción bakaleta de la hitoria), una melodía basada en un sólo acorde con una pléyade de efectos cósmicos y un solo de guitarra de Harrison que tuvo que tocar al revés para el que al darle la vuelta a la cinta sonara al derecho ¡Freak Out!

Aunque (en mi humilde opinión) el «Revolver» queda por debajo del «Rubber Soul» en calidad de las canciones, fue un nuevo paso adelante, de cara a empresas mucho mayores. Después de un concierto en San Francisco, decidieron dejar atrás las giras y centrarse en el trabajo de estudio durante el otoño (lo que llevó a mucha gente a decir que se habían separado, ya que desaparecieron prácticamente de la vida pública), pero como dijo Ringo, «las oruguitas se convirtieron en mariposas» y en enero de 1967 volvieron a sorprender con el «Strawberry Fields» y «Penny Lane», que madre mía qué single; grupos consagrados darían lo que fueron por tener una de aquellas canciones en el repertorio. Después asombraron al mundo con el «Sgt Pepper». pero no a mí, que empiezo a ver un declive ya en ese lp. Los mejores Beatles están en «Rubber Soul» y «Revolver» y aquí dejo testimonio. Que me refute quién pueda.

Mr pHArmacist

Por qué los CD’s suenan mal

14 Jun

Ejerciendo de repetidor de entradas en otros blogs, pongo por aquí un enlace a algo que me ha parecido interesante (es lo que tiene escribir en un blog, uno pone lo que le parece interesante): una explicación de por qué los CD’s actuales suenan mal, o bueno, no suenan todo lo bien que deberían. Yo la verdad es que tengo el oído ya un poco jodido con los auriculares (por echar la culpa a alguien), pero juzguen ustedes mismos. Copio parte de la entrada, el resto en el enlace a continuación. Ni que decir tiene que gracias a quien lo ha escrito.

«Según tu capacidad auditiva y el nivel de “entrenamiento” de tu oído, es posible que hayas observado que no todos los CDs originales suenan bien. Esto puede suceder por varios motivos, pero recientemente -desde el 2006 aproximadamente- la baja calidad se ha acentuado especialmente en casi todos los CDs modernos de música tipo más comercial (pop, rock, etc.).

Esto se conoce como Loudness War (algo así como “Guerra del Volumen»).»

Más sobre esto y la explicación del video, aquí. Via Microsiervos.

edujarto.

Mucha razón tiene

14 Jun

La persona (Dolores Soler-Espiauba) que mandó una carta a El País hoy titulada ‘Bicicletas con chador’, la transcribo:

«Leo con estupefacción (EL PAÍS, 11-6-07) que en Irán los clérigos chiíes han considerado inadecuado que las mujeres monten en bicicleta, y que unas diseñadoras iraníes han concebido, dando prueba de una gran imaginación, las pobres, una bicicleta islámica, con una cabina que cubrirá la mitad del cuerpo de la mujer. Iniciativa técnicamente encomiable, ya que no bastan los chadores, mantós, etcétera para escamotear un abductor por aquí, un michelín por allá. Hasta dónde íbamos a llegar.

Y una se pregunta: ¿hasta qué punto puede llegar la obsesión sexual de estos hombres, de millones de hombres, que a fuerza de tapar no pueden sino imaginar, y que a fuerza de desear lo imaginado y nunca alcanzado, no tienen otra solución que prohibir, privar, ocultar la belleza, castigar la belleza?

Si se supone que hay un dios, llámese Alá o como queramos llamarle, debe suponerse que ha creado el cuerpo del hombre, así como el de la mujer. ¿Decidió este dios que había que tapar completamente al uno y no al otro? Podía haber decidido, ya que estamos, que había que ocultar con trapos las rosaledas, los bosques de abedules, las bandadas de flamencos rosas, las manadas de gacelas en la sabana, los torrentes que bajan de la montaña…

¿Por qué esa injusticia? ¿Estaba enfermo ese dios, si así lo dispuso? ¿O están enfermos estos hombres, que así lo disponen? ¿No se les ha ocurrido nunca pensar que lo único que poseemos, hombres y mujeres, desde que nacemos hasta que morimos, es nuestro cuerpo.»

La chica que salió en bicicleta.